TIEMPO DE SUMAS, RESTAS E INNOVACIÓN

La humanidad desde tiempos inmemoriales se reinventa a sí misma, a través de un proceso de prueba y error, con este reforzando lo bueno y eliminando lo malo, recordándolo para no repetirlo, avanza.

Aunque el concepto es muy simple, en realidad es este el que nos ha permitido como humanidad, apoyados sobre conceptos como el de la comunicación, el de la cooperación  y el de la solidaridad es que progresamos, recordando siempre que se premia el riesgo, el trabajo y el conocimiento, más allá del capital y la tierra, que hoy no tienen la preponderancia de siglos pasados.

El concepto inicial encierra uno mayor,  el cambio permanente, restando lo que no nos conforma y sumando los aciertos, multiplicándolos, es este concepto el que da origen a nuestra conversación de hoy, con todo su impacto que es el de la evolución positiva con crecimiento a través del cambio.

La innovación dentro, es el motor mismo de esta dinámica, tiene un papel fundamental, es el instrumento con el cual se logra el cambio en las sumas y en las restas, además es el proceso  que asegura el cambio y la creación de valor.

Para asegurar que esa dinámica se dé de forma correcta existen metodologías, que en caso de la Administración, llamada la ciencia del sentido común, no son más que check list para hacer los pasos correctos en la secuencia correcta.

Las estadísticas de nuestro país nos muestran la falta de esa dinámica, casi en todos los niveles empresariales.  Según Anif más del 70% de nuestros empresarios no cambian nada en su modelo de negocios y solo los explotan hasta que se extinguen. De ahí que se diga que el éxito es el mayor enemigo de la sostenibilidad empresarial.

Esa cifra crece mucho más cuando se indaga por verdaderos proyectos de innovación, innovación significativa y disruptiva que cambie las reglas de negocio y promueva la organización a niveles superiores de desempeño, consiguiendo su propósito fundamental, permanecer y crecer.

Como he descrito al principio, este concepto es universal, lleva en sí mismo nuestra responsabilidad con la humanidad y como ya lo mencionamos en un blog anterior encarna LO MÍNIMO para cumplir con la Responsabilidad Social Empresarial, RSE.

Quiero entonces invitarles a todos a que reflexionen sobre sus zonas de confort, y avalen esa necesidad de cambio que los hará mejores, más grandes, más responsables tanto en el éxito como en las crisis y recordando que el éxito es una forma de vivir, y no un estado por alcanzar solamente.

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